La gente que me conoce y ADEMÁS ha prestado atención (o al menos pretendido escuchar) lo que digo, sabe que para mí el mejor invento que podría existir es la teletransportación.
Sí, desplazarse de un lado a otro, pero instantáneamente. Odio, odio, el tiempo que pierdo yendo de un lado a otro. Todavía no empecé a contabilizarlo porque se me hace que eso es de viejo resentido, pero ya estoy casi ahí.
Pero de vez en cuando, disfruto el trayecto caminando de un lado a otro. Como anoche, que caminar me despejó la cabeza, pitando el pucho tranquilo, caminando sin apuro con la cabeza alta... me gusta intentar mirar todo a mi alrededor como si fuera nuevo, y a las personas como acertijos. Es decir, yo tengo mil quilombos en la cabeza, cualquier otra persona seguramente también... cuáles serán? No es que me interese de chusma, sino solo por curiosidad...
Otra cosa que me parece muy interesante, es lo siguiente: cuando miro a la gente, la gente me mira. Sobre todo las mujeres, aunque no de una forma que aumente mi ego masculino. Tengo varias hipótesis, a saber:
- Estamos tan acostumbrados a estar en la nuestra que que otra persona nos mire abiertamente es casi como un insulto o de mala educación.
- Con las mujeres, están tan acostumbradas a que las miren lascivamente que sostienen la mirada como forma de defensa / desafío.
- Básicamente variaciones de la primera, pero ahora que las pienso de vuelta quedaron bien resumidas ahí arriba.
Por el teletransporte, la brisa fresca, y el fin del ostracismo (aunque suene locamente sin sentido).