martes, 26 de agosto de 2008

Seguimos musicalizando...

...por alguien que es un modelo de poeta, con y sin guitarra:

La canción es la amiga 
que me arropa 
y después me desabriga; 
la más clara y obscura, 
la más verde y madura, 
la más íntima 
la más indiscreta. 
La canción me da todo, 
aunque no me respeta: 
se me entrega feliz 
cuando me viola. 
La canción es la ola 
que me eleva y me hunde, 
que me fragua 
lo mismo que me funde. 
La canción compañera, 
virginal y ramera, la canción. 

Comenzamos un día 
por los tiempos 
de siempre y todavía; 
comenzamos felices 
a juntar cicatrices, 
como buenas señales de los años, 
y, peldaño a peldaño, 
levantamos paisaje 
sin excusa, sin ruego 
y sin ultraje. 
¿Quién se atreve a decirme 
que debo arrepentirme de la esperma quemante 
que me trajo? 
Porque sangra de abajo 
yo no vendo ni rajo mi pasión. 

Entre drama y comedia 
he llegado trovando 
a la edad media; 
torpe, pero sincero, 
aún no soy caballero 
(y que el cielo 
me libre de cordura) 
No me embriaga la altura 
ni me aburren los sueños; 
no es por moda que estallo 
y que me empeño. 
El amor sigue en brete 
y el camino a machete, 
más no lloro por tal 
ni me amilano, 
si conservo mis manos, 
mi sudor y el humano corazón.

Silvio Rodriguez, Compañera.

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