Gotas de cristal en el aire,
destellos omnidireccionales
tocando con sus dedos la habitación;
magia dispersa en reflejos
emanando de la filigrana
la matriz de cristal que flota
y pulsa como un corazón
oscilando con tus deseos.
--------------
Perdón, escribí "filigrana" en el post anterior y me quedó esto rumeando en la cabeza :)
Es malo pero me gustó igual hehehe!
miércoles, 30 de abril de 2008
Hoy
Mañana me tomo las vacaciones que no tengo desde hace mucho tiempo ya... o al menos esa es la intención.
Veremos si me puedo escapar un poco de todo, volver con la cabeza fresca, limpia, o al menos un poco decantada. Un poco más centrada y capaz de evaluar la situación, las situaciones, que a veces se vuelven tan delicadas como una filigrana de cristal y me dan ganas de dejarlas en el suelo, olvidarme, listo, punto y final de estrofa.
Y a veces en esta sensación de que le falta ganas al mundo para ser mejor, ¿existen opciones? ¿O solo seguir respirando?
Hablar es un esfuerzo mental terrible cuando parece que nadie te entiende... o cuando te das cuenta que te entendieron demasiado bien y ya es demasiado tarde para corregirlo.
Pero hay que tratar de ser feliz, ¿verdad?
Que alguien me diga que sí. Por favor.
Veremos si me puedo escapar un poco de todo, volver con la cabeza fresca, limpia, o al menos un poco decantada. Un poco más centrada y capaz de evaluar la situación, las situaciones, que a veces se vuelven tan delicadas como una filigrana de cristal y me dan ganas de dejarlas en el suelo, olvidarme, listo, punto y final de estrofa.
Y a veces en esta sensación de que le falta ganas al mundo para ser mejor, ¿existen opciones? ¿O solo seguir respirando?
Hablar es un esfuerzo mental terrible cuando parece que nadie te entiende... o cuando te das cuenta que te entendieron demasiado bien y ya es demasiado tarde para corregirlo.
Pero hay que tratar de ser feliz, ¿verdad?
Que alguien me diga que sí. Por favor.
lunes, 28 de abril de 2008
Infantil
Había una vez
un cuento al revés
de muerte y dolor
y besos después.
En él desfilaban
ardillas y gatos
a veces descalzos
o con zapatos.
Érase que era
una ventana abierta
que tu mano mágica
convirtió en puerta.
Un dos tres,
contemos otra vez
solo que ahora
hagámoslo al revés.
un cuento al revés
de muerte y dolor
y besos después.
En él desfilaban
ardillas y gatos
a veces descalzos
o con zapatos.
Érase que era
una ventana abierta
que tu mano mágica
convirtió en puerta.
Un dos tres,
contemos otra vez
solo que ahora
hagámoslo al revés.
viernes, 25 de abril de 2008
Mil palabras valen una imagen?
Estaba recordando la primera vez que alguien me dijo que algo que había escrito era bonito. O hermoso. O algo así...
Recuerdo con cariño a aquella profesora de Lengua y Literatura, lamento no acordarme ni el nombre ni nada (Leo seguro sabe), mi memoria es cada día más frágil para almacenar datos puntuales. Recuerdo que había que tomar una base de una poesía vieja, de esas relamidas, atosigantes, cargosas, cargadas de imágenes... la consigna era respetar la métrica e incorporar la estructura de presentar las imágenes ("tu cuello como torre de alabastro que se eleva incólume al asedio de mis besos" o algo así...).
Le gustó tanto a la profe que se lo quedó y no me lo quería devolver. Recuerdo también su acotación al margen de la hoja en la cual lo entregué: "Es lo más hermoso que leí en mucho tiempo." Desde tan lejos en el tiempo, gracias.
Me acuerdo también que le pedí que me lo devolviera, lo hizo, y no tengo idea dónde habrá terminado.
Por esa época también escribí lo que, creo, es mi única "obra" con inicio y fin, un cuento, que se llamaba "Génesis" y trataba sobre la creación del universo como punto de vista de una inteligencia. Como explosión de sensaciones. Me había quedado bastante bien... pero tampoco se dónde está ahora.
Lo que sí se, y motiva el título de este post, es que tiempo después lo releí y me pareció imposible haber escrito eso... era tan... ajeno. No podía creer que mi cerebro hubiera pergreñado ese escrito... y sin embargo era una foto de mi mente en aquel momento. De cómo pensaba mi cerebro en ese momento, porque escribo volcando textualmente mi mente en palabras.
Entonces, mil palabras, valen más que una imagen? Sirven como foto del estado mental de algún momento?
Recuerdo con cariño a aquella profesora de Lengua y Literatura, lamento no acordarme ni el nombre ni nada (Leo seguro sabe), mi memoria es cada día más frágil para almacenar datos puntuales. Recuerdo que había que tomar una base de una poesía vieja, de esas relamidas, atosigantes, cargosas, cargadas de imágenes... la consigna era respetar la métrica e incorporar la estructura de presentar las imágenes ("tu cuello como torre de alabastro que se eleva incólume al asedio de mis besos" o algo así...).
Le gustó tanto a la profe que se lo quedó y no me lo quería devolver. Recuerdo también su acotación al margen de la hoja en la cual lo entregué: "Es lo más hermoso que leí en mucho tiempo." Desde tan lejos en el tiempo, gracias.
Me acuerdo también que le pedí que me lo devolviera, lo hizo, y no tengo idea dónde habrá terminado.
Por esa época también escribí lo que, creo, es mi única "obra" con inicio y fin, un cuento, que se llamaba "Génesis" y trataba sobre la creación del universo como punto de vista de una inteligencia. Como explosión de sensaciones. Me había quedado bastante bien... pero tampoco se dónde está ahora.
Lo que sí se, y motiva el título de este post, es que tiempo después lo releí y me pareció imposible haber escrito eso... era tan... ajeno. No podía creer que mi cerebro hubiera pergreñado ese escrito... y sin embargo era una foto de mi mente en aquel momento. De cómo pensaba mi cerebro en ese momento, porque escribo volcando textualmente mi mente en palabras.
Entonces, mil palabras, valen más que una imagen? Sirven como foto del estado mental de algún momento?
Mis dedos inquietos empezaron a tipear...
Blanco en el cielo, ondeante extensión de la mano que lo retiene, el pañuelo forcejea con el viento como aliado, tira, empuja, hasta liberarse de la opresión de los dedos y volar, volar en círculos y saltos mortales, montado en la brisa que se arremolina, lo cierra, lo abre, lo empuja a explorar la maravillosa vista aérea de la tierra.
Allí debajo de su planeo, la ciudad comienza a llenar el horizonte de caras, de expresiones, de sonidos tenues y aturdidores en clave de desesperanza y agitación.
Sorprendiendo a sus ojos de lino, la mano corre tras él para recuperarlo, pero es tarde, es lejos, es ausencia de estar que ya olvidó el calor de la sangre y solo siente, solo disfruta, el vacío a su alrededor.
Es costumbre de plieges que ya no existen pero marcan su superficie, astuta paradoja que lo ayuda a desplegar alas y flotar, flotar, medio dormido y medio despierto, entre tanto caos y desgano, buscando la próxima corriente que despeje sus migajas y basuras, y descubra su color original.
Es solo un pedazo de tela que supo ser más, ser algo definido y con uso y abuso; que descubrió una libertad que olvidó tener entre las ataduras de sus costuras de algodón... para simplemente ser, y buscar un lugar cálido donde aterrizar.
Allí debajo de su planeo, la ciudad comienza a llenar el horizonte de caras, de expresiones, de sonidos tenues y aturdidores en clave de desesperanza y agitación.
Sorprendiendo a sus ojos de lino, la mano corre tras él para recuperarlo, pero es tarde, es lejos, es ausencia de estar que ya olvidó el calor de la sangre y solo siente, solo disfruta, el vacío a su alrededor.
Es costumbre de plieges que ya no existen pero marcan su superficie, astuta paradoja que lo ayuda a desplegar alas y flotar, flotar, medio dormido y medio despierto, entre tanto caos y desgano, buscando la próxima corriente que despeje sus migajas y basuras, y descubra su color original.
Es solo un pedazo de tela que supo ser más, ser algo definido y con uso y abuso; que descubrió una libertad que olvidó tener entre las ataduras de sus costuras de algodón... para simplemente ser, y buscar un lugar cálido donde aterrizar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)